La escultura Licarayén, un ícono de Puerto Varas surgido del primer Carnaval del Sur en 2004, recibirá una necesaria intervención artística. El reconocido escultor Jaime López, director de la Galería de Arte Machacoya —afectada por el tornado de mayo en la ciudad—, liderará una jornada de restauración pública este sábado 30 y domingo 31 de agosto. La actividad se desarrollará en el sector de La Rada, en la costanera norte de Puerto Varas, y busca recuperar la integridad de esta pieza fundamental para el patrimonio local.
Recuperando el esplendor de Licarayén
La iniciativa de López no es solo una reparación superficial; es una acción integral que aborda la conservación a largo plazo de la escultura. El artista ha enfatizado la importancia de esta intervención, la cual, según sus propias palabras en una carta enviada a la autoridad comunal en 2017, requiere una mantención mucho más profunda.
Objetivos clave de la intervención artística:
- 🧹 **Limpieza del emplazamiento:** Se realizará una limpieza exhaustiva del área donde se ubica la escultura.
- 🔒 **Retiro de elementos dañinos:** Se eliminarán candados y otros objetos que, con el tiempo, deterioran la estructura y añaden peso innecesario.
- 🛠️ **Conservación profunda:** La intervención buscará abordar los daños estructurales y estéticos, asegurando la preservación de la obra.
Un llamado a la comunidad: participación y conciencia
La acción artística se llevará a cabo ambos días en horario de 10:00 a 13:30 horas. Jaime López ha extendido una cordial invitación a todos los habitantes de Puerto Varas y visitantes que deseen sumarse a esta jornada de restauración. La participación ciudadana es crucial para fomentar la conciencia sobre la importancia de la conservación de los iconos culturales y el valor de las expresiones artísticas en la región.
El escultor subraya la necesidad de que la comunidad comprenda el impacto negativo de ciertos hábitos, como la colocación de candados en la escultura. Estos elementos, aunque a menudo simbólicos, añaden un peso considerable y comprometen la estabilidad de la obra, poniendo en riesgo su permanencia en el tiempo. La preservación de Licarayén es una tarea colectiva que requiere el compromiso y el cuidado de todos.