El Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) ha emitido una enérgica condena ante el grave caso de maltrato ocurrido en el Hospital Base de Osorno, Región de Los Lagos. Un funcionario con Trastorno del Espectro Autista (TEA) fue víctima de actos de tortura y maltrato por parte de sus propios colegas, siendo atado, rapado y quemado. Este lamentable suceso ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de abordar la discriminación estructural y el estigma que aún persisten hacia las personas neurodivergentes en diversos ámbitos, especialmente en entornos laborales.
Maltrato a funcionario TEA: Un llamado a la responsabilidad estatal
El comunicado oficial del CPT, difundido el 3 de septiembre de 2025, no solo califica estos hechos como actos de tortura y maltrato, sino que también subraya cómo los prejuicios y la estigmatización crean ambientes institucionales de alto riesgo, propiciando la violencia. La institución enfatizó que el Estado chileno tiene la ineludible responsabilidad de:
- Proteger a todas las personas bajo su custodia o cuidado.
- Garantizar la integridad, dignidad y seguridad de sus funcionarios públicos.
- Promover espacios laborales seguros, inclusivos y respetuosos de los derechos humanos.
Estos puntos son cruciales, especialmente para grupos vulnerables como las personas con discapacidad o condiciones neurodivergentes. La negligencia en estas áreas puede tener consecuencias devastadoras, como lo demuestra el incidente en Osorno.
El Comité para la Prevención de la Tortura: Un garante de derechos
El CPT, como organismo autónomo e independiente que opera bajo el alero del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), juega un rol fundamental en la protección de los derechos humanos en Chile. Su mandato, establecido por la Ley N° 21.154 y en conformidad con el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura (OPCAT), lo faculta para prevenir y erradicar cualquier forma de trato cruel, inhumano o degradante.
La condena del CPT reafirma su compromiso con la visibilización y erradicación de estas prácticas, destacando que los hechos ocurridos en el hospital de Osorno son una clara evidencia de la necesidad de enfrentar los prejuicios sociales desde una perspectiva estructural. El objetivo es fomentar una cultura de respeto y dignidad para todas las personas, sin distinción.
Urgencia de capacitación y sensibilización en neurodiversidad
Este incidente ha generado un llamado urgente a intensificar las capacitaciones y la sensibilización en derechos humanos y neurodiversidad dentro del sector salud. Es fundamental que el personal de todas las instituciones de salud esté preparado para atender y convivir con personas neurodivergentes de manera respetuosa e inclusiva.
Iniciativas recientes, en las que el propio CPT ha participado, buscan promover ambientes inclusivos en establecimientos de salud mental, incluyendo la capacitación sobre la población LGBTIQANB+. Estos esfuerzos deben ampliarse y consolidarse para garantizar que situaciones como la vivida en Osorno no se repitan y que todos los espacios laborales sean verdaderamente seguros y dignos para cada individuo.